Bailar es interpretar con el cuerpo la música que se escucha; quizás cuanto más rica en instrumentos sea la melodía, más se implica el cuerpo en interpretarla: pies, brazos y manos, cadera, hombros, cabeza, rostro….parecen querer reflejar cada uno de esos instrumentos. El baile es, pues, un lenguaje no verbal, una expresión corporal de sentimientos, estados de ánimo, emociones… Y el baile en pareja incorpora, a todo lo anterior, el cortejo, las miradas, los gestos y amagos amorosos.
Todo cuanto venimos diciendo es obvio que no tiene edad: desde niño a adulto, desde mayor a anciano, todos estamos constituidos para esa expresión corporal. Aunque sea cierto que la edad marcará expresiones más vivas y elocuentes en unos, más sutiles y delicadas en otros. Esto es lo que ocurre con la Salsa Cubana. Por las calles de la Isla podemos ver desde niños que mueven sus cuerpecitos al son de la música, como ancianos que, desde sus ya gastadas condiciones físicas, bailan en pareja con delicado swing y gracioso tumbao.
Y esto es posible, no solo por el sentido musical, rítmico, de los cubanos, o por la vitalidad de la música Salsa, sino también porque el baile de Salsa Cubana respeta el movimiento natural de las articulaciones. Es lo que siempre decimos en nuestras clases de Salsa Cubana: una figura que hace daño, está mal hecha. De aquí la necesidad de aprender correctamente la técnica de este bonito baile. No vale cualquier movimiento, cualquier indicación a la pareja; es preciso respetar la inercia de las fuerzas, marcar en su momento exacto, para no forzar ni el cuerpo ni los movimientos y expresiones de este. Se consigue así una precisa y bella armonía entre lo que se escucha y lo que se expresa corporalmente, tanto por cada bailarín como por la pareja misma.
Es obvio que otros tipos de baile, por la destreza física que conllevan, están limitados a una edad, a unas condiciones físicas. No son accesible a todos, ni a todas las edades. Esta es otra característica diferencial de la Salsa Cubana, que vale para todas las edades.
Y si, ciertamente, cada cual tiene su estilo, donde se refleja la propia personalidad, también cada edad y condición física se reflejará a la hora de bailar, pero salvo limitaciones físicas no naturales, todos encontrarán en la Salsa Cubana un baile social alegre donde expresar los sentimientos, el optimismo, la riqueza interior de cada persona, de cada pareja…de cada historia de amor.
Por estas razones, las clases de Salsa Cubana de Salsa Pa’ ti, pa’ mí, están abiertas a un rango de edad muy grande; desde adolescentes a adultos. Siempre que las condiciones físicas y mentales permitan, con una dedicación normal, aprender teóricamente la técnica y realizar con soltura los movimientos (pasos, figuras…). Y, por supuesto, en grupos homogéneos que puedan ir progresando a un mismo ritmo. Se comprende que sea así cuando se trata de clases grupales y de baile en pareja; por lo que siempre habrá que salvar el criterio del profesor a la hora de la admisión y del nivel o grupo a seguir.
A la luz de estas consideraciones nos preguntamos: Si alguien tiene afición por el baile social, quiere aprenderlo, ir a unas clases… ¿dónde compensa invertir dinero, tiempo, esfuerzo…en un baile, que por sus exigencias físicas solo podremos bailar unos cuantos años, o en un estilo de baile que podré bailar siempre?. Creo que, con lo que hemos comentado en este artículo, la respuesta se presenta clara. Por cierto, ¿te apuntas a clases de Salsa Cubana en Alicante? 😜